Conoce la Historia de San Cayetano
Cada 7 de agosto, miles de personas en todo el mundo conmemoran el Día de San Cayetano, el patrono del pan y el trabajo. Este día se honra a uno de los santos más populares, especialmente en Argentina, donde el Santuario de San Cayetano en Liniers, Buenos Aires, recibe a innumerables fieles que buscan su intercesión para encontrar trabajo y prosperidad económica.
San Cayetano, nacido como Cayetano de Thiene el 1° de octubre de 1480 en Vicenza, Italia, dedicó su vida a la religión y a ayudar a los más necesitados. Proveniente de una familia acomodada, estudió Derecho en la Universidad de Padua y, a los 26 años, se trasladó a Roma para iniciar su carrera religiosa. Ocupó el cargo de secretario privado del papa Julio II, pero tras la muerte del pontífice, decidió ordenarse como sacerdote en 1516.
Como presbítero, fundó la sociedad Oratorio del Amor Divino y la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, enfocada en la oración, la vida austera y la ayuda a los pobres. San Cayetano renunció a sus bienes materiales y evitó recibir limosnas, dedicándose completamente a su misión de asistir a los necesitados y enfermos.
Durante la Reforma Protestante, San Cayetano enfatizó la necesidad de la reforma personal como primer paso para la reforma de la Iglesia. Falleció el 7 de agosto de 1547, a los 66 años, después de una vida de servicio y devoción. Su beatificación llegó el 8 de octubre de 1629 por el papa Urbano VIII, y fue canonizado el 12 de abril de 1671 por el papa Clemente X.
Oración a San Cayetano para Pedir su Ayuda
Para aquellos que buscan la intervención de San Cayetano en sus necesidades, la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa) recomienda la siguiente oración:
¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las Naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.
Santísima Trinidad, ¡oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.
Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guíe nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Que tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento.
Cada año, los fieles se reúnen para rendir homenaje a San Cayetano, recordando su vida de humildad y servicio, y buscan su ayuda para alcanzar una vida llena de trabajo y bienestar.