El helado artesanal reunió a los vecinos en una noche especial
Este miércoles, Marcos Juárez tuvo su versión única de la Noche de las Heladerías, un evento nacional que celebra el helado artesanal. A pesar de que la ciudad no figuró en el mapa interactivo oficial de la Asociación de Fabricantes Artesanales de Helados y Afines (AFADHYA), varias heladerías locales tomaron la iniciativa de participar, ofreciendo la clásica promoción 2×1 en cuartos de helado.
Desde las 19:00 hasta la medianoche, las calles del centro cobraron vida con largas colas de vecinos ansiosos por disfrutar de sus sabores favoritos, marcando una escena que hacía tiempo no se veía.
La Semana del Helado Artesanal: tradición y sabor
La promoción formó parte de la Semana del Helado Artesanal, una celebración impulsada por AFADHYA del 11 al 17 de noviembre, que este año llega a su 40° edición. Este evento, que tiene como objetivo destacar la calidad y tradición del helado artesanal argentino, moviliza cada año a heladerías de todo el país.
Aunque Marcos Juárez quedó fuera del mapa oficial, las heladerías locales demostraron que no necesitan figurar en una lista para ser protagonistas. Su participación independiente reflejó el compromiso de los comercios con sus clientes, brindando no solo un producto delicioso, sino también una experiencia comunitaria.
Una noche para recordar
El evento no solo fue una excusa para disfrutar del helado, sino que también devolvió a la ciudad ese ambiente animado que se extrañaba. Familias, parejas y grupos de amigos se congregaron para aprovechar la promoción, confirmando que el helado artesanal sigue siendo un favorito indiscutido.
Un movimiento que endulza a todos
AFADHYA, una asociación que representa a heladerías artesanales de todo el país, destaca la importancia de consumir productos elaborados con procesos tradicionales y materias primas de calidad. Este tipo de iniciativas no solo pone en valor al helado artesanal, sino que también fortalece el vínculo entre los comercios locales y su comunidad.
En Marcos Juárez, el resultado fue más que positivo: una noche donde el helado fue el centro de atención y las calles se llenaron de risas, charlas y sabores. Sin duda, una tradición que vale la pena repetir.