Cuando finalice 2014, la producción lechera argentina caerá por segundo año consecutivo sin revertir una situación que, en realidad, ya suma tres años de estancamiento.
Según estimaciones del Centro de la Industria Lechera (CIL), que agrupa a las principales empresas del rubro, la producción de 2014 se ubicará, con 11.072 millones de litros, 1% por debajo de la registrada en 2013, cuando fue de 11.184 millones de litros. Son 112 millones de litros menos. El número no parece significativo en el volumen total, pero a los industriales lecheros les preocupa la tendencia a la baja.
Sucede que en 2013 la producción también había caído. El año pasado, la contracción respecto de 2012 fue de 1,1 por ciento. En 2012, el volumen tuvo un módico crecimiento del 1,2%, que para los empresarios exhibió en verdad una señal de estancamiento.
«Estamos en un escenario claro de estancamiento. No hay crecimiento. El último año de crecimiento importante fue 2011, luego tuvo un leve crecimiento en 2012», expresó Miguel Paulón, presidente del CIL.
En las estadísticas, 2011 fue justamente un año con una suba relevante de la producción. Hubo una expansión del 8,7%, con un volumen que alcanzó los 11.206 millones de litros. Luego, en 2012, vino el incremento que llevó la producción a 11.339 millones de litros.
Los fuertes excesos de lluvias y las inundaciones que se registraron este año, el incremento de los costos para producir y una situación financiera delicada por parte de los productores jugaron en contra de un crecimiento del sector. A los tamberos, más que beneficiarlos, la devaluación de enero pasado los perjudicó, debido a que sus insumos están dolarizados mientras perciben ingresos pesificados con plazos largos de cobro.
«Vamos a estar este año 1 o 2 por ciento por debajo de 2013. Por lo menos es el tercer año de estancamiento», destacó Paulón.
La industria lechera está preocupada. Tiene una capacidad instalada para procesar más leche de la que hoy se está produciendo en el país.
«Podríamos estar procesando 13.000 millones de litros. El panorama es de preocupación, porque la capacidad instalada es mayor, y los costos fijos son importantes y hay que pagar créditos que se usaron para invertir», expresó el presidente del CIL.
OPORTUNIDAD PERDIDA
En las empresas no olvidan que en la primera parte del año, cuando los precios internacionales volaban en torno a US$ 5000 la tonelada de leche en polvo, aquí, por los controles del Gobierno, esa situación no se pudo aprovechar en toda su magnitud. De hecho, en febrero pasado, el Gobierno frenó exportaciones y luego prometió dejar vender volúmenes similares a los de 2013.
«En este año, que podríamos haber aprovechado picos de precios en la primera parte del año, hubo una posibilidad acotada para la exportación», afirmó Paulón.
A los productores tampoco les fue sencillo el año. En mayo, la Secretaría de Comercio, que conduce Augusto Costa, ordenó a las empresas no pagar más de $ 3 el litro, medida que hizo que quedaran en situación de quebranto. El mes pasado, el promedio para los tamberos fue de $ 3,153 el litro, un valor mejor respecto del tope que había impuesto Costa, pero que no alcanza para amortiguar el aumento de los costos de la producción.
«En la Argentina, es el segundo año que baja [la producción]. Es algo esperable debido, fundamentalmente, a la repetición de fenómenos climáticos extremos», indicó el consultor José Quintana.
«Este año, a pesar de las buenas relaciones de precios con los granos, que hacen que la producción crezca en todo el mundo, el clima impidió el crecimiento», añadió.
La producción lechera argentina está desacoplada de lo que pasa con la misma actividad en la región. Entre 2006 y 2013, en Brasil creció un 28,3% y en Uruguay lo hizo un 35,6%. En la Argentina, la mejora acumulada fue sólo 10 por ciento.
TENDENCIA PREOCUPANTE
11.072
millones de litros
Es la producción proyectada para este año, 1% menos que en 2013
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8,7%
Año bueno
Fue el aumentó de la producción en 2011, el último año con un alza importante..
Fuente: Fernando Bertello / La Nación