Que decir de una situación que siempre está latente y que puede ocurrir como es tener un basural a cielo abierto con fuego, a casi un día de este nuevo incendio pareciera estar controlado a pesar de tener todavía un sector que sigue con fuego lanzando humo.
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Que fue lo que paso el día sábado 24 de Febrero para que la situación en el basural a cielo abierto estuviera al borde del descontrol y que hoy domingo todos estemos esperanzados que llueva, que no sople un viento más intenso y que no cambie de dirección para que la ciudad no se inunde de humo.
Por lo que se sabe el fuego habría comenzado pasadas las 13 hs del sábado y cerca de las 13:30 fueron convocados los bomberos voluntarios para ir a controlar el sector este del basural a cielo abierto de Marcos Juárez. Tratando de enfriar ese lugar fue el comienzo del trabajo de bomberos dando prioridad a la parte donde se encuentran los animales, el galpón donde se realiza el reciclaje, sector de bomba y campos.
Solo se podía realizar ese trabajo con el esfuerzo de bomberos y personal municipal ya que la basura quemándose era imposible de controlar, alrededor de 75 mil litros de agua arrojaron los bomberos de Marcos Juárez en dos días con 3 participaciones dos el sábado y una el domingo.
Fue convocado también un avión hidrante al mando de Roberto Tomassoni realizando entre 10 y 12 pasadas por encima de la montaña de basura prendida fuego con una carga de 2500 lts por vuelo que caían por encima de este basural a cielo abierto, todos los recursos disponibles puestos con el objetivo de apaciguar lo que en horas de la noche era un solo fuego.
Desde la Municipalidad tenían la esperanza de tenerlo sofocado antes de la noche del sábado pero no fue así, con recursos humanos propios continuaron trabajando y controlando hasta pasada la una de la mañana del domingo 25. Este trabajo tuvo que realizarse con tres turnos de trabajo, la participación de las direcciones de servicios llevando camiones de tierra que fueron retirados de los acopios, palas y equipos del lugar.
Para finalizar la única esperanza que nos queda es que llueve en los próximos días de manera considerable para que pueda apagar el fuego que todavía se encuentra en el lugar y que el viento no cambie de dirección e inunde toda la ciudad de humo.
Esperanzas… mientras tanto ese lugar seguirá ahí a la espera de una solución definitiva si es que la esperanza la hace aparecer.
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Eduardo Oyola