El sector porcino argentino enfrenta un escenario complejo, según explicó el médico veterinario Jorge Brunori en una reciente entrevista. Aunque algunos indicadores como la producción y el consumo interno muestran estabilidad, el aumento de las importaciones genera inquietud entre los productores locales.
Las importaciones, un problema en ascenso
De acuerdo con los datos publicados por la Secretaría, Argentina importó 13.400 toneladas de carne porcina hasta octubre de 2024, un 13% menos que en el mismo periodo de 2023. Sin embargo, el análisis mensual revela una tendencia preocupante:
- De junio a julio, las importaciones crecieron un 52%.
- En agosto, el aumento fue del 60%.
- En septiembre, la cifra se disparó un 118%.
- En octubre, hubo un incremento adicional del 45% respecto al mes anterior.
Además, al comparar octubre de 2024 con octubre de 2023, el salto es del 390%. Según Brunori, esta escalada está impulsada por la diferencia en los costos en dólares entre Argentina y Brasil. “Mientras el precio del kilo de cerdo en Argentina ronda los USD 70, en Brasil está en USD 50, lo que hace más competitiva la carne importada”, explicó.
Producción y consumo: señales positivas
A pesar de este contexto adverso, la producción local mostró resultados alentadores. En octubre, la faena creció un 2,6%, alcanzando casi 6,9 millones de toneladas de animales faenados, mientras que la producción totalizó 660.000 toneladas, un incremento interanual del 3%.
Por otro lado, el consumo interno se mantiene estable, con un promedio de 16,9 kg por persona. Este dato representa un leve aumento del 0,6% respecto al año pasado, un indicador positivo que refleja la solidez de la demanda local.
Exportaciones en crecimiento, pero con una balanza comercial negativa
Las exportaciones también siguen en alza, con un crecimiento del 37% interanual, alcanzando más de 12.500 toneladas hasta octubre. Sin embargo, la balanza comercial continúa siendo negativa, ya que el volumen importado supera al exportado.
“Es una señal de alarma para el sector. Aunque exportamos más, el crecimiento de las importaciones nos pone en desventaja. Necesitamos equilibrar esta balanza para proteger a los productores locales”, señaló Brunori.
¿Qué necesita el sector porcino?
Para enfrentar estos desafíos, Brunori destacó la necesidad de implementar medidas que reduzcan los costos internos y mejoren la competitividad de la producción nacional. “El crecimiento de las importaciones afecta a toda la cadena de valor del sector. Es fundamental tomar decisiones rápidas y efectivas para revertir esta tendencia y garantizar un entorno sostenible para el sector porcino argentino”, concluyó.
En definitiva, el mercado porcino enfrenta retos importantes, pero también cuenta con bases sólidas en su producción y consumo interno. El futuro del sector dependerá de cómo se aborden estas problemáticas en los próximos meses.